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terça-feira, 27 de setembro de 2011

Saturno y la Figura Paterna


Padre hoy se representa en todos los anuncios de televisión como el hombre amigo, que juega con los niños, que participa, ríe juntos, crece juntos. Pero esta es una representación reciente de la figura paterna. No siempre fue así. A lo largo de casi todo el siglo XX, la imagen del padre estuvo asociada con la provisión financiera, con la estructura, con el límite, con el rigor. Papa era aquel que no era cuestionado, que era obedecido, que salía por la mañana a trabajar y volvía a casa a la noche, cuando la casa y los niños ya habían sido atendidos durante todo el día por la madre. La madre cuidaba, el padre establecía los límites. ¿Quién nunca ha oído (y temido) la frase: "Si no me obedecen, ¡se lo diré a su padre!"?


Padre siempre ha sido asociado, también -y sigue siendo-, a la reputación: al nacer como "hijo de", recibimos un apellido, el de nuestro padre, y todo lo que viene con él, todo lo que ha sido construido por aquel clan, materialmente o no. No es por casualidad que hasta hace poco era el padre quien debía registrar al hijo en la escribanía. Era su palabra que declaraba la paternidad del niño. La maternidad nunca fue discutida, siempre fue obvia debido al embarazo y al parto, pero la paternidad siempre fue un tema sensible a discusión. Acá también encontramos otra asociación respeto a la figura del padre: es algo externo a nosotros. Con la madre, hay una relación visceral de muchas maneras: hemos nacido de ella, somos el fruto de su vientre. Ya en relación a la paternidad, hasta el reciente adviento del estudio de ADN, no era posible demostrar vínculo entre padre e hijo que fuera más allá de la comparación entre rasgos faciales, y de la palabra de la madre.


De alguna manera, el padre siempre estuvo asociado también, directa o indirectamente, a poder: al darnos un apellido, él determina cuál será nuestro papel en el mundo y, por lo tanto, que poder tendremos o no sobre él, cual será nuestra posición social. En el pasado, eso determinaba si seríamos esclavos o señores feudales, aristócratas o plebeyos. Y hoy no es diferente: hay apellidos que por si solo abren muchas puertas, y otros que las cierra.


Con el nombre del padre venía -y viene- una serie de adjetivos y condiciones de vida que deben de ser respetados por aquellos que lo reciben, por el que ha nacido bajo ese "destino". Y aquí encontramos otro significado de la figura del padre, relacionada a la herencia, a los lazos de sangre: el destino. Según el padre que tenemos, queda determinado en la esfera social y política nuestro destino.


Todas las palabras tan ampliamente asociadas a la figura del padre desde hace décadas - autoridad, futuro, destino, reputación, posición social, seguridad, estructura, provisión, rigor, ley - son también palabras asociadas en la astrología a Saturno / Capricornio, e inmediatamente se relacionan con los significados representados por la Casa 10 en la carta. No fue sino hasta el final del siglo XX, el comienzo del siglo XXI, que nos encontramos con una representación social más amable, generosa, participativa y equitativa de la figura del padre. Una figura, en términos astrológicos, más... Jupiteriana.


No fue sino hasta mediados del siglo XX, cuando la Psicología y sus muchas escuelas comenzaron a cobrar impulso en Europa y las Américas, que las relaciones familiares y su impacto en la constitución de la personalidad del individuo se convirtió en algo de interés de la mayoría. Con la inclusión de la Psicología como una disciplina nueva en nuestra vida cotidiana, autores como Freud y Lacan comenzaron a observar y explicar la relación con la figura del padre desde muchos ángulos, identificando indicadores de su influencia sobre la naturaleza de cada uno. Lacan, elaborando lecturas de Freud, describió al padre, sobretodo, como aquel individuo que se separa al niño de la madre, que pone una barrera para el deseo inconsciente materno de que el niño sea suyo, y también impone una barrera para el deseo inconsciente del niño de ser "dueño" de su madre, de que ella le pertenezca.


Si tomamos esta teoría y nos referimos a la rueda astrológica, vamos encontrar una estrecha relación con las lecturas de la Casa 4 y su regente natural, la Luna (Cáncer), y la Casa 10 y su regente natural, Saturno (Capricornio). Las Casas 4 y 10 se sitúan en el zodíaco de manera diametralmente opuestas, a 180 grados de distancia la una de la otra. En consecuencia, también lo están los signos de Cáncer y Capricornio, relacionados por analogía a las Casas 4-10. Sus planetas regentes, Luna y Saturno, están en el exilio en el signo regido por el otro (la Luna está en exilio en Capricornio y Saturno está en exilio en Cáncer - y también en Leo). Cuando nos fijamos en los significados de ambas Casas, nos encontramos con que la Casa 4 y la Luna se refieren a nuestra infancia, a  nuestra madre (la que hemos tenido y la que vamos ser), la nutrición (como hemos sido alimentados y cómo alimentaremos a los demás), al pasado, a las emociones, al lado femenino de cada uno de nosotros. Por otro lado, Saturno y la Casa 10 simbolizan las figuras de autoridad, la profesión, los líderes, la responsabilidad (las que recibimos de la vida y como nos responsabilizamos por las cosas), la estructura, los recursos, la provisión, la imagen pública, la reputación, la carrera. Así como la forma en que nos nutrieron en la infancia determina lo bueno o malo que seremos alimentando a los otros, el tipo de autoridad que vimos nuestro padre ejercer en nuestros primeros años de vida determinará la forma en que nos relacionaremos con las figuras de autoridad y con las responsabilidades en el futuro.


Volviendo a Lacan: según la teoría del psicoanálisis lacaniano, el vínculo del niño con la madre (Luna) es un vínculo fuerte e importante para la construcción de la personalidad individual, pero es un vínculo que puede impedir un desarrollo emocional adecuado si no se corta en el tiempo correcto de la maduración individual. La relación madre-hijo, según Freud (base de Lacan) es casi visceral: el niño, hasta cierta edad, cree que la madre es una extensión de su propio cuerpo, y sólo con la maduración física y de las funciones cognitivas puede entender que ella es un ser diferente a él. A medida que aumenta su consciencia de este hecho innegable, aumenta su sentido de pose hacia su genitora, entre otras cosas, por miedo a perder su fuente de seguridad: sin la la madre, el niño ve su existencia amenazada. Acá sería, según Lacan, cuando entra en escena la tan necesaria figura del padre, autoridad ajena a esta relación visceral (Saturno, Casa 10), que viene cortar este vínculo (Luna, Casa 4) para que tenga lugar un otro tipo de relación madre x hijo. La mera existencia del padre en la relación familiar muestra al niño que aquella mujer no es suya, y muestra a la madre que aquel ser no le pertenece. Al separar el hijo de la madre, permite que él crezca fuerte para salir al mundo en busca de una mujer que "sea como" mamá, pero que no sea ella, sino otra. Lacan elabora un poco más y dice que al ser el autor de este corte, que tiene lugar en un nivel inconsciente para todas las partes, el padre garantiza a la madre también un lugar de mujer y esposa, sin dejar que ella se limite únicamente a la función materna.


Podríamos decir entonces que el eje 4-10 (padre - madre / la vida social - la vida privada) de la carta fundan nuestra existencia como seres humanos, es decir, sostienen el eje 1-7 (yo - el otro). Será a partir de lo que recibamos en nuestra Casa 4 que seremos más o menos capaces de construir una Casa 10 exitosa y bien estructurada. Será de acuerdo con lo que recibimos física y emocionalmente en nuestro primer hogar, en nuestra infancia, que seremos más o menos capaces en lo que respecta a la vida social y profesional.


Tan determinante cómo todo esto pueda ser en la personalidad del ser humano, las relaciones en la carta entre Sol / Luna / Saturno ayudarán a identificar claramente qué tipos de relaciones con el padre y la madre el sujeto vivió en su niñez, y cómo ello afectó a su personalidad.


Debido a la disparidad entre sus energías, Saturno no funciona bien en ningún aspecto con el Sol o con la Luna. Los aspectos podrán ser más maleables y fáciles de administrar si son fluidos (trígono o sextil), sin embargo, aún así no serán afines, lo que siempre va a generar un cierto malestar en la manifestación de la energía, por exceso o ausencia. Un Saturno bien posicionado en la carta por signo y / o casa, sin aspectos tensos con los luminares (Sol o Luna) garantiza una buena relación con las autoridades en la edad adulta, y tiende a favorecer una actitud responsable hacia los diferentes ámbitos de la vida del sujeto (especialmente para los asuntos de la casa en la cual se encuentra y la que rige). Ya en aspectos tensos con Sol o Luna, o en sus signos de caída / exilio (Cáncer, Aries o Leo), Saturno se pone de manifiesto, a menudo, como una dificultad en aceptar la autoridad, dificultad para imponerse, para evaluar qué  responsabilidad le concierne a uno en diferentes situaciones (Saturno / Sol), o como una madre fría, ausente o sobreprotectora (Saturno / Luna), lo que tiende a generar una respuesta de auto-protección emocional, entre otras manifestaciones.


Teniendo en cuenta todo esto, debemos preguntarnos: ¿qué funciona mejor para la formación de la personalidad? ¿Un padre permisivo, generoso, participativo o un padre educativo, riguroso, estricto y justo? La verdad es que ambos son necesarios para la creación de un ser humano en equilibrio. Si pensamos que en la rueda zodiacal Júpiter (regente de Sagitario y de la Casa 9) viene antes de Saturno (regente de Capricornio y de la Casa 10), se puede inferir que antes de tener Saturno (es decir, el rigor, la responsabilidad, la estructura) debemos tener Júpiter (la generosidad, el juego, la flexibilidad). Por otro lado, es solo estando de pose de los límites, con principios y valores internos bien estructurados, que nos podemos relajar, sin caer en excesos de permisividad o rigor. Por lo tanto, propongo que pensemos en Saturno como algo que ocurre antes de Júpiter: cuando, en el curso de nuestro desarrollo, viviendo nuestra casa 4, antes de pasarnos a la Casa 5 (citas, creaciones y placeres), recibimos un corte enviado desde "los cielos" (Casa 10) directo sobre uno, en nuestra Casa 4 y en nuestra relación con nuestras madres. Recibimos este corte que nos define, nos determina, y nos libera para el próximo paso. Sin este corte, nos quedaríamos  estancados en aquella edad psicológica, en aquella relación, sin ser capaces de avanzar a la siguiente etapa. Sin esta "quiebra" en nuestra primera infancia, todo lo siguiente no sería posible. Y sólo se puede ser generoso sin ser anárquico cuando hay una base de conocimientos, un trasfondo de principios y valores morales, de leyes, que nos permiten relajarnos, sin incurrir en la pérdida de control. Así, con una buena base de Saturno, seamos todo el Júpiter que queramos ser.

Saturno e a Figura Paterna



Hoje em dia Pai é retratado em todas as propagandas de televisão como aquele homem parceiro, amigo dos filhos, que brinca, participa, ri junto, cresce junto. Mas essa é uma representação recente da figura paterna. Nem sempre foi assim. Ao longo de quase todo o século XX, a imagem do pai esteve associada a provisão financeira, estrutura, limite, rigor. O pai era aquele que não era questionado, que era obedecido, que saía pela manhã para trabalhar e voltava a noite, quando a casa e os filhos haviam sido cuidados durante todo o dia pela mãe. A mãe cuidava, o pai estabelecia limites. Quem nunca ouviu (e temeu) a frase: “Se você não me obedecer, vou contar pro seu pai!”? 
Pai sempre esteve associado também, e ainda está, à reputação: ao nascer como “filho de” recebemos um sobrenome, o do nosso pai, e tudo que com ele venha, tudo o que houver sido construído por aquele clã, materialmente ou não. Não é coincidência que até recentemente era o pai quem obrigatoriamente registrava o filho em cartório: era a sua palavra que atestava a paternidade da criança. A maternidade nunca se discutiu, sempre foi óbvia com a gravidez e com o parto, mas a paternidade sempre foi passível de discussão. Aí também encontramos outra associação à questão da figura paterna: é algo externo à gente. Com a mãe, há uma relação visceral em muitos sentidos: nascemos dela, somos fruto do seu corpo. Já em relação à paternidade, até o recente advento DNA, não havia comprovação possível mais que os traços fisionômicos do indivíduo, e a palavra da mãe. 
De alguma maneira, o pai sempre esteve também associado direta ou indiretamente a poder: ao nos dar um sobrenome, ele determina que papel teremos no mundo e, consequentemente, que poder teremos ou não sobre ele, que posição social ocuparemos. No passado, isso determinava se éramos senhores feudais ou escravos, aristocratas ou plebeus. E hoje não é muito diferente: há sobrenomes que por si só abrem muitas portas, e outros que fecham. 
Com o sobrenome do pai vinha - e vem - uma serie de adjetivos e condições de vida que precisam ser respeitadas por aquele que o recebe, por aquele que nasce sob aquele “destino”. E aqui encontramos outro significado para a figura paterna, relacionada a hereditariedade, aos laços de consangüinidade: o destino. Segundo o pai que temos, também temos predeterminados na esfera social e política o nosso destino.
Todas as palavras tão ampla e largamente associadas a figura paterna ao longo de décadas - autoridade, futuro, destino, reputação, lugar social, segurança, estrutura, provisão, rigorosidade, lei - são também palavras associadas na Astrologia a Saturno / Capricórnio, e se relacionam de imediato com os significados representados pela Casa 10 no mapa. Foi só no final do Século XX, início do Século XXI que nos encontramos com uma representação social mais amigável, generosa, participativa, eqüitativa para a figura paterna. Uma figura, em termos astrológicos, mais... Jupiteriana. 
Foi só em meados do Século XX, quando a Psicologia e suas diversas escolas começaram a ganhar força na Europa e Américas, que as relações familiares e seu impacto na constituição da personalidade do indivíduo começaram a fazer parte do interesse da maioria. Com a inserção da Psicologia como uma nova disciplina em nosso cotidiano, autores como Freud e Lacan começaram a observar e explicar a relação com a figura paterna sob diversos ângulos, identificando indicativos de sua influência sobre a natureza de cada um. Lacan, elaborando leituras de Freud, descreveu o pai, principalmente, como aquele indivíduo que aparta o filho da mãe, que coloca uma barreira ao desejo inconsciente materno de que o filho seja seu, e impondo também uma barreira ao desejo inconsciente do filho de ser “seu dono”, de “possui-la”.
Se tomamos esta teoria e nos referimos à roda astrológica, encontramos uma relação estreita com as leituras da casa 4 e seu regente natural, a Lua (Câncer), e a casa 10 e seu regente natural, Saturno (Capricórnio). As casas 4 e 10 estão posicionadas no zodíaco de maneira diametralmente opostas, a 180 graus de distância uma da outra. Consequentemente, também o estão os signos Câncer e Capricórnio, relacionados por analogia as casas 4 e 10. Seus planetas regentes, Lua e Saturno, se encontram em exílio no signo regido pelo outro (a Lua se exila em Capricórnio e Saturno se exila em Câncer - e também em Leão). Quando olhamos os significados de ambas as casas, encontramos que a casa 4 e a Lua se referem à nossa primeira infância, à nossa mãe (a que tivemos e a que seremos), à nutrição (como fomos alimentados, de que nos alimentamos e como alimentaremos), ao passado, às emoções, ao lado feminino de cada um de nós. Por outro lado, Saturno e a casa 10 simbolizam figuras de autoridade, profissão, chefes, responsabilidade (as que recebemos da vida e como nos responsabilizamos pelas coisas), estrutura, recursos, provisão, imagem pública, reputação, carreira. Assim como a maneira como fomos nutridos em nossa infância determinará quão bons seremos nutrindo os demais, também o tipo de autoridade que tivemos de nosso pai nos primeiros anos de nossa vida determinará como nos relacionaremos com as figuras de autoridade e responsabilidades no futuro.
Voltando a Lacan: segundo a teoria da psicanálise lacaniana, o vínculo do filho com a mãe (Lua) é um vínculo forte e importante para a construção da personalidade individual, mas é um vínculo que pode impedir o crescimento do indivíduo se não for cortado no momento certo da maturação individual. A relação mãe x filho, segundo Freud (base de Lacan) é uma relação quase visceral: o filho acredita até determinada idade que a mãe é uma extensão do seu próprio corpo, e é só com o amadurecimento físico e das funções cognitivas que vai entendendo que ela é um ser diferente a ele. Na medida em que aumenta a sua consciência desse fato incontestável, aumenta também seu sentimento de posse em relação a sua progenitora, entre outras coisas, por medo de que lhe falte sua fonte de segurança: sem a mãe sua própria existência está ameaçada. Aqui seria, segundo Lacan, quando entra em cena a tão necessária figura do pai, autoridade externa à essa relação visceral (Saturno, casa 10) que vem cortar esse vínculo (Lua, casa 4) para que tenha lugar um outro tipo de relação mãe x filho. A simples existência do pai na relação familiar mostra ao filho que aquela mulher não é sua, e mostra à mãe que aquele ser não lhe pertence. “Separando” o filho da mãe, permite que o filho possa crescer fortalecido e sair ao mundo em busca de uma mulher que “seja como” mamãe, mas que não seja ela, que seja outra. Lacan elabora um pouco mais e diz que ao ser autor desse corte, que se dá a nível inconsciente para todas as partes, o pai está garantindo ainda à mãe um lugar de mulher, de esposa, sem deixá-la circunscrita exclusivamente à função materna.
Poderíamos dizer, então, que o eixo 4-10 (pai - mãe / vida social - vida privada) do mapa fundam a nossa existência como seres humanos, ou seja, sustentam o eixo 1-7 (eu - o outro). Será a partir do que recebermos e vivermos em nossa casa 4 que seremos mais ou menos capazes de construir uma casa 10 bem sucedida, bem estruturada. Será de acordo com o que recebermos física e emocionalmente em nosso primeiro lar, em nossa primeira infância, que seremos mais ou menos capazes no que respeita à vida social e profissional.
Tão determinante como tudo isso possa ser na personalidade do ser humano, as relações no mapa entre Sol / Lua / Saturno ajudarão a identificar claramente que tipos de relações com o pai e com a mãe o nativo vivenciou em sua primeira infância, e como isso afetou sua personalidade. 
Em função da disparidade entre suas energias, Saturno não funciona bem em nenhum aspecto com o Sol ou com a Lua. Os aspectos poderão ser mais maleáveis e fáceis de administrar se forem fluidos (trígonos ou sextis), mas ainda assim não serão afins, o que sempre gerará algum desconforto na manifestação da energia, excesso ou ausência. Um Saturno bem posicionado no mapa por signo e / ou por casa, sem aspectos tensos com os luminares (Sol ou Lua) garantem uma boa relação com as autoridades na vida adulta, e costuma favorecer uma atitude responsável em relação às diversas áreas da vida do nativo (especialmente em relação a casa da qual seja o regente / se localize). Já em aspectos tensos com o Sol ou Lua, ou em seus signos de queda / exílio (Câncer, Aries ou Leão), Saturno se manifestará, muitas vezes, como uma dificuldade para aceitar autoridade, dificuldade para se impor, dificuldade para avaliar qual a responsabilidade que nos corresponde nas diferentes situações (Saturno / Sol), ou como uma mãe fria, ausente ou superprotetora (Saturno / Lua), o que tende a gerar no indivíduo uma resposta de auto proteção emocional, entre outros tipos de manifestações.
Diante de tudo isso, cabe a pergunta: o que funciona melhor na formação da personalidade individual? Um pai permissivo, generoso, participativo ou um pai educativo, rigoroso, restrito e justo? A verdade é que ambos são necessários para a criação de um ser humano em equilíbrio. Se pensarmos que na roda zodiacal Jupiter (regente de Sagitário e da Casa 9) vem antes de Saturno (regente de Capricórnio e da Casa 10), poderíamos inferir que antes de ter Saturno (ou seja, rigor, responsabilidade, estrutura) deveríamos ter Jupiter (generosidade, flexibilidade, maleabilidade). Por outro lado, é só estando de posse de limites, princípios e valores internos bem estruturados que seremos capazes de flexibiliza-los, sem cair em excessos de permissividade ou de rigor. Assim, proponho a que pensemos em Saturno como algo que ocorre antes de Jupiter: quando estamos, no curso de nosso desenvolvimento, vivendo nossa casa 4, antes de passarmos a Casa 5 (namoros, criações e prazeres), recebemos um corte proferido desde “os céus” (casa 10) direto sobre a gente, em nossa casa 4 e na relação com nossas mães. Recebemos esse corte que define, determina e nos libera para outra etapa. Sem esse corte, ficaríamos estancados naquela idade psicológica, naquela relação, sem sermos capazes de avançar para a etapa seguinte. Sem essa “quebra” na nossa primeira infância, todo o seguinte não seria possível. E só é possível ser generoso sem ser anárquico quando ha um conhecimento de base, de princípios e valores morais, de leis, que nos permitam relaxar sem incorrer na perda de controle. Portanto, com um bom Saturno de base, sejamos todo o Jupiter que queiramos ser.

sábado, 30 de julho de 2011

Tránsito de Saturno: ¿en qué área de la vida tenés que madurar?

Link para la publicación original de este texto en portugués en la página de la Revista Personare
Estamos siempre atravesando algún transito astrológico en nuestras vidas, porque siempre hay algún planeta en el cielo cuyo paso está haciendo algún tipo de contacto con algún punto o planeta en nuestra carta. Los tránsitos que traen cambios más duraderos son los tránsitos de los planetas llamados "lentos", que van de Júpiter a Plutón. Entre todos, son los tránsitos de Saturno que suelen generar más preocupación.
Saturno es conocido en la astrología antigua como el "gran maléfico" (Marte sería "pequeño maléfico"). Por lo general, Saturno está asociado con palabras como seriedad, frialdad, pérdida, recesión, problemas, entre otras. Pero lo que un tránsito de Saturno nos muestra es qué nos falta en aquella área por donde transita para que se pueda crecer, madurar, encontrar una forma más adulta y eficiente de hacer las cosas.
A diferencia de Júpiter, que se conoce como “el gran benéfico", "el padre amable y generoso", astrológicamente Saturno es visto como el "padre estricto". Y eso no deja de ser verdad. Júpiter es bondadoso, independientemente de los méritos individuales. Con Júpiter, la suerte está en juego. Ya Saturno no tiene nada que ver con la suerte: él recompensa todo el esfuerzo dedicado a la consecución de algo. Saturno es la cosecha justa de lo que fue sembrado: si trabajamos duro, obtenemos reconocimiento. Si no hicimos nada, él será justo y nos devolverá... nada.
¿QUÉ TAN EFICIENTE SOMOS?
Entre las muchas preguntas que plantea un tránsito de Saturno está el tema de la eficiencia: ¿estamos actuando en esa zona o en relación a este tema tan eficientemente cuanto posible? A Saturno no le gustan los desperdicios, por lo tanto, él quiere que aprendamos a utilizar mejor los recursos que tenemos disponibles, en su máxima capacidad. Y la cuestión del ocio también tiene que ver con los límites: si hay ociosidad, hay desperdicio, y en el desperdicio generalmente hay falta de límites. Por lo tanto, Saturno nos muestra que es tener lo justo para que aprendamos a prescindir de los excesos.
Algunos tránsitos de Saturno generan más preocupación que otros. Quién está viviendo Saturno en tránsito por la 2 ª casa, la casa de las finanzas personales, por ejemplo, a menudo teme un colapso financiero. Esta es una preocupación infundada, porque lo que Saturno en tránsito a través de esta casa nos pide es una reestructuración: una vez que conozcamos a fondo cómo gastamos nuestro dinero, no habrá sobra, pero tampoco habrá escasez. El resultado es que muchos revierten situaciones económicas difíciles y vuelven a crecer financieramente al final de este tránsito: para saber dónde estaba el desperdicio, el individuo tuvo que realizar ajustes y luego comenzó a vivir más cómodamente.
LA PRUEBA DE REALIDAD
Además de establecer límites y exigir eficiencia, Saturno nos impone un test de realidad en la zona por la cual transita. Así, en tránsito a través de la séptima casa, por ejemplo, la casa de las relaciones estables, Saturno cuestiona que tan estructurada está una relación para seguir adelante. Por lo general, la pareja tiene que enfrentar y superar juntos problemas que surgen, a veces financieros, a veces familiares, lo que no indica necesariamente el fin de la relación: a menudo, los problemas experimentados por la pareja los une y refuerza aún más los lazos, pasando la relación para otro nivel de intimidad y compromiso. Pero si la relación no está fuerte y consolidada, sí, se vendrá abajo y, equivocadamente, muchos atribuirán este evento al transito en si mismo. En realidad, el transito sólo revelo problemas que ya existían por debajo de la superficie. No se ha creado nada que ya no estuviera allá.
Otros tránsitos de Saturno por casas de relaciones, como las Casas 5 (amor) y 11 (amigos) generan miedo a la soledad emocional. Sin embargo, muchas personas comienzan relaciones serias en este período, cuando están solas, o hacen nuevas amistades, con gente más madura, siendo posible, aún, el rescate de gente del pasado. Con Saturno no hay excesos, pero hay calidad. Y a uno le termina gustando saber que puede contar con gente que conoce o rescata en estos tránsitos.
RETORNO DE SATURNO
De todos los tránsitos de Saturno, el más desafiante es lo que llamamos Retorno de Saturno (a los 28 y 56 años, respectivamente), cuando él hace conjunción a su posición original en nuestra carta natal. Estos son momentos de profundos cuestionamientos en nuestras vidas. En el primero, a los 28 años, uno mira hacia atrás y hacia todo lo que hizo de su vida hasta ese momento, y siente la necesidad de decidir cómo seguirá adelante. A veces, sentimos que no construimos nada y tenemos esa sensación de "¿y ahora qué?". Ya se tiene casi 30 años y todavía no se empezó a trillar la propia vida. Son tiempos en que muchos deciden irse a vivir solos por primera vez, dar una dirección a la carrera, se casan, tienen el primer hijo. Esta sería la verdadera entrada en la edad adulta.
La segunda vuelta de Saturno a la edad de 56 años trae otras cuestiones: los hijos han crecido, se han casado, la vida ya no se centra en ellos, y hay que descubrir que nuevo significado darle a ella. Se pierde la función de padres protectores y proveedores: ahora se necesita otra función. A menudo este segundo retorno coincide con la muerte de uno de los cónyuges, con la jubilación, o la separación en la mediana edad, que requiere del individuo toda una reestructuración frente a la propia vida. Ambos momentos son muy ricos, porque terminamos descubriendo muchos recursos personales que ni siquiera imaginábamos que teníamos, hasta que Saturno nos obligó a mirarlos a ellos.
No importa la edad que tengamos, no hay ninguna razón para temer un tránsito de Saturno, o de cualquier otro planeta. Lo más importante es entender el simbolismo del planeta y sintonizarse con él, antes de que nos veamos obligados, por factores externos ajenos a nuestra voluntad, a una renovación de mente y espíritu. Cuando sabemos de antemano las tendencias de un tránsito dado, lo podemos vivir como otro aprendizaje más, como una parte natural de nuestro ciclo de vida.

Trânsito de Saturno: em que área da sua vida você precisa amadurecer?

Link para a publicação original deste texto na Revista Personare


Estamos sempre atravessando algum trânsito astrológico em nossas vidas, porque sempre há algum planeta no céu cujo passo está fazendo algum tipo de contato com algum ponto ou planeta em nosso Mapa Astral. Os trânsitos que trazem mudanças mais duradouras são os trânsitos dos planetas chamados "lentos", que vão de Júpiter a Plutão. Dentre todos, são os trânsitos de Saturno que costumam gerar mais preocupação.
Saturno é conhecido na Astrologia antiga como o "grande maléfico" (Marte seria "o pequeno maléfico"). Geralmente, se associa Saturno a palavras como seriedade, frieza, perda, recessão, problemas, entre outras. Mas o que um trânsito de Saturno nos indica é que naquela área por onde ele transita precisamos crescer, amadurecer, encontrar uma forma mais adulta e eficiente de fazer as coisas.
Ao contrário de Júpiter, que é conhecido como "o grande benéfico", "o pai bondoso e generoso", Saturno é visto astrologicamente como "o pai rigoroso". E isso não deixa de ser verdade. Júpiter é dadivoso independente do merecimento individual. Com Júpiter, a sorte está em jogo. Já Saturno não tem relação alguma com sorte: ele recompensa todo esforço dedicado à conquista de algo. Saturno é a colheita justa daquilo que foi semeado: se trabalhamos duro, colheremos reconhecimento. Se nada foi feito, ele será justo e nos retribuirá... nada.
VOCÊ ESTÁ SENDO EFICIENTE?
Dentre os diversos questionamentos suscitados por um trânsito de Saturno está a questão da eficiência: estamos agindo naquela área ou a respeito daquele assunto da maneira mais eficiente possível? Saturno não gosta de desperdícios, portanto, ele quer que aprendamos a utilizar melhor os recursos que temos disponíveis, sem capacidade ociosa. E a questão do ócio também tem a ver com limites: se houver ócio, há desperdício, e no desperdício geralmente há falta de limites. Então, Saturno nos mostra o que é ter o justo para que aprendamos a prescindir dos excessos.
Alguns trânsitos de Saturno geram mais preocupação do que outros. Quem está vivendo Saturno em trânsito pela Casa 2, a casa das finanças pessoais, por exemplo, costuma temer uma quebra financeira. Essa é uma preocupação infundada porque o que Saturno em trânsito por essa casa nos pede é uma reestruturação: uma vez que conheçamos a fundo como e com que gastamos nosso dinheiro, não haverá sobra, mas também não haverá escassez. O resultado é que muita gente reverte situações financeiras difíceis e volta a crescer financeiramente ao final deste trânsito: ao descobrir onde estava o desperdício, o indivíduo faz ajustes e, então, começa a viver mais confortavelmente.
TESTE DE REALIDADE
Além de impor limites e exigir eficiência, Saturno nos impõe um teste de realidade na área pela qual transita. Assim, em trânsito pela Casa 7, por exemplo, a casa do outro e das relações estáveis, Saturno questiona quão estruturada está uma relação para seguir adiante. Em geral, o casal tem que enfrentar e superar juntos problemas, algumas vezes financeiros, outras vezes familiares, o que não necessariamente indica um fim para a relação: muitas vezes, os problemas vividos pelo casal os une ainda mais, reforça os vínculos, e a relação passa para um outro nível de intimidade e compromisso. Mas se a relação não estiver forte e consolidada, sim, ela virá abaixo e, equivocadamente, muitos atribuirão esse acontecimento ao trânsito em si mesmo. Na verdade, o trânsito só revelou problemas que jaziam sob a superfície. Não foi criado nada que já não estivesse ali.
Outros trânsitos de Saturno por casas de relacionamentos, como as Casas 5 (amores) e 11 (amigos) geram medo de solidão afetiva. Entretanto, muita gente começa relações sérias nesse período, se estiverem sozinhas, ou fazem novas amizades, com gente mais madura, podendo ainda reencontrar pessoas do passado. Com Saturno não há excessos, mas há qualidade. E a gente acaba gostando de saber que pode contar com pessoas que conhecemos ou resgatamos nesses trânsitos.
RETORNO DE SATURNO
De todos os trânsitos de Saturno, os mais desafiantes são os que chamamos de Retorno de Saturno (aos 28 anos e aos 56 anos, respectivamente), quando ele faz conjunção a sua posição inicial em nosso Mapa Astral. Esses são momentos de questionamentos profundos em nossas vidas. No primeiro, aos 28 anos, olhamos pra trás e pra tudo que fizemos de nossas vidas até aquele momento, e sentimos a necessidade de decidir como seguiremos daí em diante. Algumas vezes sentimos que não construímos nada, e temos aquela sensação de "e agora?". Já temos quase 30 anos e nem começamos a trilhar nossa própria vida. São momentos em que muita gente decide morar sozinho pela primeira vez, dá um rumo a própria carreira, casa, tem o primeiro filho. Essa seria a verdadeira entrada na vida adulta.
O segundo Retorno de Saturno, aos 56 anos, traz outros questionamentos: os filhos já estão crescidos, se casaram, a nossa vida deixa de estar centrada neles, e é preciso descobrir que novo sentido dar a ela. Deixamos de ter a função de pais protetores e provedores: agora, precisamos de outra função. Muitas vezes, esse segundo retorno coincide com o falecimento de um dos cônjuges, com a aposentadoria, ou com uma separação já na meia idade, o que requer do indivíduo toda uma reestruturação diante da própria vida. Ambos momentos são profundamente ricos, porque acabamos descobrindo recursos pessoais que nem imaginávamos que estavam lá, até que Saturno nos obrigou a olhar pra eles.
Não importa quantos anos tenhamos, não há porque temer um trânsito de Saturno, ou qualquer outro trânsito. O mais importante é entender a simbologia do planeta e se afinar com ela, antes de sermos obrigados, por fatores externos e alheios a nossa vontade, a remodelações de mente e espírito. Quando conhecemos antecipadamente as tendências de um determinado trânsito, podemos vivê-lo como mais um aprendizado, como parte natural do nosso ciclo vital.

Link para a publicação original do texto na Revista Personare

sábado, 4 de junho de 2011

Jupiter em Touro e o prazer dos sentidos

Depois de sua breve passagem por Áries (cerca de 6 meses), Júpiter entra no signo de Touro amanhã, dia 05 de junho, para aí ficar até Junho de 2012.


Como sempre que Júpiter passa por uma casa, na casa em que temos Touro no mapa observaremos expansão, crescimento e abundância. Mas não uma abundância como Júpiter em transito por signos de fogo (Leão, Sagitário e Aries), onde ele funciona de maneira mas ampla e confortável. Com Júpiter em Touro temos uma expansão mais "medida", mais "realista". Nessa área, não só estaremos mais generosos, como observaremos que a área em questão também está mais generosa conosco. Há uma expectativa de sorte, de facilitação em relação a aqueles assuntos. E quando há problemas, a maneira como lidamos com eles faz com que eles não pareçam tão grandes nem tão importantes. Vemos os problemas de outra forma, com outra perspectiva, e como construímos a realidade a partir de nossos filtros e dos nossos olhos, digamos que na área onde passa Júpiter, o nosso olhar facilitará a administração dos desafios que nos forem apresentados.


Depois de expandir os inícios e as iniciativas nos últimos 6 meses, de nos dar coragem para apostar em nossos sonhos, Júpiter em Touro tentará consolidar as bases iniciadas em Áries. Essa é uma das palavras do Touro: consolidação. Abriu um negócio com a fúria e a excitação de Júpiter em Áries? Agora, é trabalhar para mantê-lo e fazê-lo crescer. Aquelas saídas com aquele alguém virou namoro? Agora é se dedicar para que esse namoro continue bem vivendo "a vida como ela é". O namoro virou convivência? Então, descubramos uma maneira de tornar a convivência um solo fértil para a relação continuar crescendo. Sim, porque, como signo de terra, Touro tem essa característica de ser muito realista, de lidar com a matéria, com o que é concreto. Como todos os signos de terra, Touro fala de formas, de sentidos, do que pode ser tocado. Os sonhos e ideais foram deixados para trás, ficaram em Áries. Agora, é lidar com a vida como ela é. E isso não é ruim, porque é só com os pés no chão que podemos caminhar firme em alguma direção. De alguma forma, Júpiter em Touro está sintonizado com as demandas de Saturno em Libra, e faz um contraponto ao idealismo de Urano em Áries. Em Touro, Júpiter facilita a consolidação das bases, que estão sendo questionadas por Saturno, mas quer vê-las firmes e construídas. E Urano em Áries, se bem por um lado exacerba a individualidade, por outro lado, nos permitiu romper com o passado para viver algo novo, nos permitiu construir uma nova história para nós mesmos, que Júpiter agora vem ajudar a consolidar.


Encontraremos em toda a literatura disponível que lhes espera muita boa sorte para todos que têm o Ascendente em Touro ao longo dos próximos 12 meses. E isso é verdade! Há um aumento de generosidade, sorte e otimismo em relação a vida como um todo. Mas uma coisa é preciso ser considerada, não importa a casa que Jupiter esteja transitando: quando falamos de Júpiter sempre temos que ter cuidado com os extremos. Não extremos de Plutão (que é 8 ou 80), mas os extremos de quem conta que a sorte está sempre ao seu lado. Cuidado para não se jogar em aventuras sem qualquer garantia de sucesso só porque Jupiter está cruzando o nosso Ascendente, ou para não decidir fazer uma prova sem estudar só porque Júpiter transita por nossa casa 9, ou sair de um relacionamento estável para uma promessa de amor eterno e apaixonado só porque Júpiter transita nossa casa 7. Júpiter fala de "muito", do que nos chama a atenção, do que nos salta aos olhos, mas não fala necessariamente de qualidade. Com Júpiter, temos que praticar a seleção, temos que escolher, temos que exercer a capacidade de renunciar. Abertos ao futuro, mas com um olho no passado. Não é porque estamos recebendo mil oportunidades que temos de viver tudo ou podemos deixar para trás tudo o que nos é familiar, porque, afinal, temos muitas opções. Não! Lembremo-nos que o trânsito dura um ano e todas as novas oportunidades podem durar tanto como o trânsito, ou menos, ou mais, mas não necessariamente serão duradouras. Por isso, com Júpiter é sempre aconselhável ter alguma cautela e medida: com a comida, com as pessoas, com o dinheiro, com tudo.


Por falar em dinheiro, Júpiter em trânsito por uma Casa 2 em Touro indica um aumento da nossa capacidade produtiva. Sugere um aumento na renda, felizmente, sem muita despesa, pois Touro é um signo fixo, que retém e que não gosta de desperdícios. Se temos Touro na casa 8, Júpiter passando por lá pode nos fazer receber, por exemplo, uma herança, dinheiro por um seguro ou, simplesmente, pode gerar para nossos parceiros um aumento salarial, o que indiretamente influenciará em nossa receita.


Se em Áries o planeta Júpiter exacerbava a atividade, principalmente física, em Touro podemos ver exacerbada a preguiça, uma tendência maior a apreciar as coisas boas da vida, a busca por aquilo que nos é familiar. Portanto, cabe aos que têm Touro Ascendente a recomendação: atenção para a auto-indulgência com a comida, para que o prazer que entra pela boca não se transforme em sobrepeso.


Júpiter passando pela casa de 5 fala de um aumento de fertilidade, mas também fala de aumento do tempo que passamos com nossos filhos, não por obrigação, mas por prazer. Touro fala de qualidade, portanto, seja como seja que se decida investir o tempo com Júpiter em 5, será um tempo de qualidade. Pode ser com as crianças, com os amigos, com o namorado, seja como for. É possível também um aumento na vida social, mas como Touro é um signo mais "familia", os amigos com quem passaremos mais tempo serão aqueles com quem nos sentimos mais confortáveis ​​ou com quem temos mais afinidades, com quem partilhamos os mesmos gostos.


Júpiter em 6 fala de um aumento na carga de trabalho e também fala de viagem a trabalho. Júpiter em 10 levanta a possibilidade de alcançarmos reconhecimento, não só profissional, mas também de alcançarmos algo com o qual sempre sonhamos e nunca pensamos ser possível. A Casa 10 é o ponto mais alto do mapa, é o que desejamos acima de tudo. Júpiter passando por esta casa pode decidir que, bem, é chegada a hora de alcançarmos aquilo com que sempre sonhamos. Outra vez: como o que recebemos nos chega em um trânsito de Júpiter, melhor deixar os louros para lá e cuidar para que as bases daquilo que alcançamos sejam bastante sólidas, assim, ao final do trânsito, a conquista se manterá.


Júpiter em 4 fala do prazer no tempo gasto com a nossa família, de origem ou atual. Nos custa viver no mundo social, não queremos. Talvez prefiramos nos reunirmos com os amigos em nossas próprias casas. E fala também do desejo de aumentar o conforto que temos em casa, incluindo melhorias no mobiliário, etc.


Júpiter em 7 (em oposição de Júpiter em 1, onde é a gente que gera os beneficios para nós mesmos e para os outros) sugere que as coisas boas nos chegam através das mãos do "outro" de nossas vidas. Ele é o provedor, quem nos beneficia indiretamente. E, naturalmente, cria muitas opções em relação aos "outros" possíveis para nossa vida amorosa (sejamos seletivos, não nos esqueçamos).


Finalmente, Júpiter em 12 sugere que alguém lá em cima gosta da gente. Há uma proteção não evidente que nos conduz ao melhor, e nos tira de situações que possam nos causar danos.


Júpiter é sempre Júpiter: Ele é bom até quando é ruim. Aproveitemos! O importante é não desperdiçá-lo, seja com a preguiça e o gosto pelos prazeres dos sentidos de Touro, seja com a fé inabalável de Jupiter de que não precisamos ter nenhum tipo de cuidado porque a sorte está sempre conosco. Se o vivemos com cautela, é um dos melhores de trânsito que podemos ter na área por onde passe. A apreciá-lo sabiamente!

Jupiter en Tauro y el placer de los sentidos

Después de su breve paso por Aries (aproximadamente 6 meses), Jupiter entra en el signo de Tauro mañana, día 5 de Junio, para ahí quedarse hasta Junio de 2012. 
Como siempre que Jupiter pasa por una casa, en la casa que tenemos Tauro en la carta, experimentaremos expansión, abundancia. Pero no una abundancia tan extensa como Jupiter en transito por signos de fuego (Leo, Sagitario y Aries), en donde funciona de manera más amplia y cómoda. Con Jupiter en Tauro tenemos una expansión más “medida”, más “realista”. En esa área no solamente estaremos mas generosos, como veremos que los temas del área también estarán mas generosos con nosotros. Hay una expectativa de suerte, de facilitación. Y cuando hay problemas, la manera como lidiamos con ellos hace que no parezcan tan grandes ni tan importantes. Ya los miramos de otra forma, con otra perspectiva, y como la realidad la construimos a partir de nuestros filtros y nuestras miradas, digamos que en el área por donde pase Jupiter, nuestra mirada facilitará el manejo de los desafíos que se nos presenten.
Después de expandir las iniciativas y los inicios en los últimos 6 meses, de dar coraje para que nos tiremos hacia nuestros deseos, Jupiter buscará en Tauro consolidar las bases en Aries iniciadas. Esa es una de las palabras de Tauro: consolidación ¿Abrió un negocio con la furia y emoción de Jupiter en Aries? Ahora, a trabajar para que siga de pie y creciendo. ¿Aquellas salidas con aquella persona finalmente se volvieron un noviazgo? Ahora, a dedicarse para que ese noviazgo siga bien al vivir la vida tal cual ella es. ¿El noviazgo se volvió convivencia? Entonces, a descubrir de que manera la convivencia puede seguir fértil para la relación. Si, porque como signo de tierra, Tauro tiene esa característica de ser muy realista, de lidiar con la materia, con lo concreto. Como todo signo de tierra, Tauro habla de formas, de sentidos, de aquello que se puede tocar de alguna manera. Los sueños e ideales se quedaron atrás, en Aries. Ahora vamos a lidiar con la vida como ella es. Y eso no es malo, porque es solo con los pies en el piso que se puede caminar firme hacia algún lado. De alguna manera, en Tauro el planeta Jupiter genera una tendencia que se afina con las exigencias de Saturno en Libra, y hace un contrapeso al desgarro de Urano en Aries. Jupiter en Tauro facilita la consolidación de bases, que Saturno cuestiona pero quiere que estén firmes y construidas. Y Urano en Aries, si bien por un lado exacerba la individualidad, por otro lado nos permitió romper con el pasado y jugarnos hacia algo nuevo, permitiéndonos construir una nueva historia para nosotros mismos, que Jupiter ahora viene ayudarnos a consolidar. 
En cualquier bibliografía encontraremos que le espera mucha suerte a aquellos que tienen Tauro en el Ascendente en los próximos 12 meses. ¡Y eso es cierto! Hay un aumento de suerte, de generosidad y de optimismo hacia la vida como un todo. Pero hay algo que, no importa por que casa transite, cuando hablamos de Jupiter siempre tenemos que estar atentos: los extremos. No los extremos de Plutón (8 o 80), pero los extremos de quien lo apuesta todo porque tiene la certeza de que la suerte está a su lado. Atención para no tirarse en aventuras sin cualquier garantía de éxito porque Jupiter nos cruza el Ascendiente, o tirarnos a rendir un examen sin prepararnos porque Jupiter transita por nuestra casa 9, o abandonar una relación estable por una novedad prometedora porque Jupiter transita nuestra casa 7. Jupiter habla de mucho, de aquello que nos llama mucho la atención, que nos salta a los ojos, pero no habla necesariamente de calidad. Con Jupiter, tenemos que practicar la selección, tenemos que poder elegir, tenemos que ejercer la capacidad de renuncia. Mirar al futuro, pero con un ojo en el pasado. No es porque se nos están dando mil oportunidades que las tenemos que vivir a todas o que podemos dejar todo lo conocido detrás porque, en definitiva, tenemos muchas opciones. ¡No! Acordémonos que el transito dura 1 año, y todas las nuevas oportunidades pueden durar tanto cuanto el transito -o menos, o más, pero nada indica que serán duraderas. Así, con Jupiter se recomienda siempre ejercer la cautela y la medida: con la comida, con las personas, con la plata, con todo.
Por hablar en plata, Jupiter en transito por la casa 2 en Tauro indica un aumento de la capacidad productiva de uno. Sugiere un aumento de ingresos, por suerte, sin muchos gastos, porque Tauro es un signo fijo, que retiene, no le gustan los desperdicios. Si a Tauro lo tenemos en la casa 8, Jupiter pasando por allá puede hacer, por ejemplo, que recibamos una herencia, plata por algún seguro, o que simplemente que nuestra pareja reciba un aumento de sueldo, lo que indirectamente influenciará en nuestros ingresos.
Si en Aries, Jupiter exacerbaba la actividad, física principalmente, en Tauro podemos ver exacerbada la pereza, la tendencia al disfrute de las cosas buenas de la vida más que al laburo, el deseo por comodidad y por aquello que nos es familiar. Por lo tanto, cabe a los de Tauro en Ascendente la recomendación: atención con la auto-indulgencia con la comida, para que el el placer que entra por la boca no se transforme en sobrepeso.
Jupiter por casa 5 habla de un aumento de fertilidad, pero también de un aumento del tiempo que se pasa con los hijos, porque los momentos con ellos son placenteros, no por obligación. Tauro habla de calidad, por lo tanto, sea como sea que decidamos invertir ese Jupiter en 5, será con calidad, ya sea en el tiempo con los hijos, con los amigos, con el novio, como sea. Podemos pensar también en un aumento de la vida social, pero como Tauro es un signo más “familiero”, los amigos con quien pasaremos más tiempo serán aquellos con quienes nos sentimos más cómodos o con quien tenemos afinidades (eventos, comidas, etc), con quien compartimos los mismos gustos.
Jupiter en 6 habla de un aumento en el volumen de trabajo y también posibilita viajes a trabajo. Jupiter en 10 trae la posibilidad de que nos llegue no solamente un reconocimiento profesional, pero que alcancemos finalmente algo con que siempre soñamos y nunca creemos ser posibles. La Casa 10 es el punto máximo de cualquier cosa, es aquello que tenemos como meta más allá de todo. Jupiter de paso por esa casa puede decidir que, bueno, es tu hora de lograr lo que siempre quisiste. Otra vez: como lo que nos llega a nosotros lo hace en un transito de Jupiter, ocupemonos menos de los loros que nos tiran y cuidemos que las bases de lo que nos llega sean bastante solidas para que, al final del transito, el logro también no se vaya.
Jupiter en 4 habla de un disfrute del tiempo que compartimos con nuestra familia, actual y de origen. Vivir en el mundo social nos cuesta, no tenemos ganas. A lo mejor preferimos juntarnos con amigos en nuestras casas que afuera. Y pone énfasis también en el deseo de aumentar el confort que tenemos adentro de casa, lo que incluye mejorías en muebles, etc.
Jupiter en séptima -a la oposición de Jupiter en 1, en donde uno genera los beneficios para uno mismo y para los demás- sugiere que lo bueno nos llega por las manos del otro importante de nuestras vidas. Él es el proveedor, el que nos hace llegar las cosas buenas. Y también, por supuesto, genera muchas opciones de “otros” para nuestras vidas amorosas (a ser selectivos, no nos olvidemos).
Por fin, Jupiter en 12 sugiere que alguien allá arriba nos quiere mucho. Hay una protección no evidente que nos conduce a lo mejor, y nos saca de situaciones que nos podrían hacer daños.
Jupiter es siempre Jupiter: es bueno hasta cuando es malo. ¡Disfrutémoslo! Lo importante es no desperdiciarlo, ya sea con la pereza y el gusto por los placeres de los sentidos de Tauro, ya sea con la fe inamovible de Jupiter de que no hace falta tener ninguna clase de cuidado porque la suerte está a nuestro lado siempre. Si lo vivimos con cautela, es una de los mejores tránsitos que nos puede tocar en la área porque pase. ¡A disfrutarlo de manera inteligente!

domingo, 1 de maio de 2011

Lua-Saturno e o vazio que nunca é preenchido

Assim como encontramos pessoas que sofrem no mundo, podemos encontra-las  representadas simbolicamente no zodíaco. Mas há poucos aspectos, na minha opinião, que gerem tanto sofrimento emocional como os aspectos desarmônicos (conjunção inclusive) entre Lua e Saturno.


Os signos regidos por esse luminar e por esse planeta estão em oposição na roda zodiacal. A Lua rege Câncer e a casa IV: fala da vida privada, de família, de lar, de mãe, de nutrição, de vida intima, de vida interior. Saturno rege Capricórnio e a Casa X: fala sobre vida profissional, carreira, vida pública, sobre aquilo que está mais exposto da gente, indica o ponto mais alto que queremos alcançar em nossas vidas, como queremos ser vistos e reconhecidos pelo mundo. A Lua fala de contenção, Saturno fala de estrutura. Saturno é frio e seco. A Lua é acolhedora.


O que geralmente acontece quando estes dois planetas se reúnem em desarmonia em um mapa é um sentimento de vazio emocional. Lua-Saturno geralmente acredita que é emocionalmente autônomo: não precisa de nada nem de ninguém. Pode fazer tudo sozinho. Esta postura, provavelmente, é resultado de uma mãe rígida na infância, que não dava muito espaço para o afeto e para os sentimentos. Então, demonstrar o que sentimos é um sinal de fraqueza: os sentimentos não são para serem sentidos, mas sim para serem administrados de maneira prática. E tudo o que a Lua não deveria ser é pratica. Com Saturno em quadratura, conjunção ou oposição, o nosso senso de nutrição familiar em idade precoce ficou comprometido: não fomos nutridos com o que precisávamos. Pessoas Lua-Saturno geralmente não foram amamentadas quando bebes: a mãe não tinha leite, a mãe não tinha tempo ou o leite da mãe não alimentava o bebe. Existe um "algo" de alimento para a alma que está ausente. Assim, Lua-Saturno pode crescer e se tornar um indivíduo obeso ou com sobrepeso: com medo de que lhe falta a comida, termina devorando tudo o que vê pela frente. No campo das relações afetivas, Lua-Saturno também pode acabar querendo "devorar" o outro, com medo de que o outro lhe falte. E justo seu medo de que o outro lhe falte pode gerar a perda do outro. Podemos encontrar também uma super compensação: um indivíduo que recebeu muito pouco, compensa dando muito, e acaba sufocando o outro.


Se existe algo que Lua-Saturno sente é medo - e culpa! Indivíduos Lua-Saturno geralmente tiveram mães presentes, inclusive poderiam ser mães muito presentes, mas o alimento da alma ainda faltava. Então, essas pessoas podem se proteger emocionalmente, não se deixar tocar, não deixar que cheguem ao seu coração, com medo de se tornarem vulneráveis, enfraquecidos e, em ultima instância, por medo de contar com algo que sabe, que intui que vai perder em algum momento (o outro). Lua-Saturno não aprendeu a ter: aprendeu a não ter, e conta com a falta.


O que acontece é que essa excessiva proteção nos vínculos não costumam protegê-lo do sofrimento, da solidão, da tristeza. Há um vazio que não enche nunca, há algo que nunca chega, que fica pendente. Geralmente, esse algo que se busca nos outros atuais não se refere a pessoa em questão, mas a um outro anterior, muito mais antigo, um outro da primeira infância, que funcionou como pai ou mãe (geralmente mãe) para o indivíduo. Assim, naturalmente, o vazio não é preenchido nunca: o que se está procurando não é o outro atual que tem pra dar ou que tem que dar. É aquele outro primeiro, do passado. E quem convive com pessoas com este aspecto pode ficar com a sensação de que é impossível agradá-la, faze-la feliz, que nada é suficiente, nada as preenche. Realmente é assim, mas isso não é culpa nem do dono do aspecto nem do outro que convive com ele. O nativo não quer se sentir assim nem fazer os outros se sentirem assim. O que foi perdido está em outros do passado, na memória de Lua-Saturno, mas continua se fazendo presente, se representando repetidas vezes, e sendo projetados em outras pessoas.


Falando de passado e de memória, memória é algo que Lua-Saturno tem muita, mas para as coisas ruins. Lua-Saturno em aspecto desarmônico vai lembrar em detalhes de tudo o que você não fez, não lhe deu, de todos os momentos em você faltou. Há uma lente de aumento sobre o mal que lhe fizeram e nenhum destaque para as coisas boas que recebeu. O bom sempre foi menor e é ofuscado pelo que fizeram de errado com o nativo, por aquilo que deixaram de dar a ele.


Lua-Saturno não tem que ser assim o resto da vida. Mas se o aspecto não for trabalhado conscientemente, não será vivido em outro nível. Sem trabalho duro (Saturno), a situação não é resolvida. Lua-Saturno pode aprender a interagir com outras pessoas de forma diferente com o tempo (Saturno), pode se sentir mais seguro nas relações que o acompanham de longa data, pode aprender (Saturno) com o passado (Lua) para construir outra coisa em seu presente e em seu futuro. Não há necessidade de carregar essa história nas costas, seja boa ou ruim, por toda a vida. Mas Saturno sempre envolve querer trabalhar duro, ser dedicado, e enfrentar os próprios medos.


E muitas vezes a única maneira de confrontar nossos medos é nos expormos a eles. Portanto, o caminho mais rápido e curto para superar os medos de se vincular, ser machucado e ser abandonado é se expondo aos vínculos, a ser machucado e a ser abandonado. A verdade é que na vida não há garantias de que essas coisas não acontecerão. O que Lua-Saturno precisa aprender a fazer é dar tempo aos relacionamentos e as pessoas para se revelarem, sem tirar conclusões definitivas quando a primeira coisa não sai como esperado. É preciso deixar de buscar todo o tempo por evidências que lhes dêem razões para se manter emocionalmente fechados, para que continuem se protegendo. Se existe alguma coisa boa sobre Saturno é que ele sabe usar a experiência passada como referência para eventos futuros. Mas Lua-Saturno em desarmonia tem essa capacidade distorcida, o que joga contra o nativo: as únicas experiências do passado que usa como referência são as negativas. Não dá espaço à possibilidade de que o novo seja diferente, melhor. E quando dá lugar, exige tanto que não dá lugar ao menor erro, a nenhuma falha, ao equivoco, nem dá tempo para que o outro se acomode na relação, para que a relação chegue a seu lugar, para que as coisas se ajustem e se encaixem. Tem que dar certo desde o início e pra sempre.


Portanto, o que os indivíduos Lua-Saturno precisam aprender é a dar lugar a dúvida, ao medo, à queda, porque ao abrir espaço para o fracasso, também se abre espaço para o sucesso, e se começa a viver uma vida como a de todo e qualquer outro ser humano, com bons e maus momentos, mas uma vida inteira, plena, não uma vida pela metade.

Luna-Saturno y el vacío que no se llena nunca

Así como hay personas sufrientes en el mundo las encontramos representadas simbólicamente en el zodiaco. Pero hay pocos aspectos, en mi opinión, que genere mas sufrimiento emocional, que un aspecto inarmónico (conjunción incluida) entre Luna y Saturno.
Los signos que rigen este luminar y este planeta están opuestos por naturaleza en la rueda zodiacal. La Luna rige Cáncer y la casa IV: habla de intimidad, familia, hogar, madre, nutrición, vida intima, vida interior. Saturno rige Capricornio y la Casa X: habla de vida profesional, carrera, vida publica, lo mas expuesto de uno, el punto máximo que deseamos alcanzar en nuestras vidas, como queremos ser vistos y reconocidos por el mundo. La Luna habla de contención, Saturno de estructura. Saturno es frío, seco. La Luna es acogedora. 
Lo que pasa es que cuando estos dos planetas se reúnen en inarmonía en una carta suele haber una sensación de vacío emocional. La Luna-Saturno suele creerse autónoma emocionalmente: no necesita a nadie ni a nada. Lo puede todo sola. Esa postura deviene probablemente de una madre rígida en la infancia, que no le daba mucho lugar al afecto y a los sentimientos. Luego, demonstración de sentimientos es un reflejo de debilidad: los sentimientos no están para ser sentidos, sino para ser elaborados de manera practica. Y todo lo que la Luna no debería de ser es practica. Con Saturno en conjunción, cuadratura u oposición, nuestro sentido de nutrición familiar en la temprana edad queda comprometido: no nos nutrieron con aquello que necesitábamos. Individuos Luna-Saturno generalmente no tomaran la teta por mucho tiempo: la madre no tenia leche, no tenia tiempo o la leche no lo alimentaba. Hay un “qué” del alimento al alma que falta. Entonces, Luna-Saturno puede desarrollarse para ser un individuo obeso o con sobrepeso: por miedo a que le falte el alimento, devora todo lo que ve por adelante. En el campo de las relaciones emocionales, Luna-Saturno puede tambien terminar queriendo “devorar” al otro, por miedo a que el otro le falte. Podemos encontrar también una compensación: aquel individuo que justo porque recibió muy poco, da demasiado, y ahoga.

Si hay algo que Luna-Saturno siente es miedo - y culpa! Individuos con Luna-Saturno generalmente tuvieron madres que estaban presentes, incluso podían estar demasiado presentes, pero el alimento del alma, igualmente, les faltó. Luego, estos individuos pueden protegerse demasiado emocionalmente, no dejar que le toquen, que le lleguen al corazón, por miedo a vulnerabilizarse, a fragilizarse y, en ultima instancia, a contar con algo que sabe, intuye, le va a faltar en algun momento (el otro). Luna-Saturno no está acostumbrado a tener: está acostumbrado a no tener, y cuenta con la falta.
Pasa que ese exceso de protección en los vínculos no suele protegerlo de sufrir: sufre, se siente solo, triste. Hay un vacío que no se llena nunca, hay un algo del otro que nunca llega, que queda pendiente. Por lo general, ese algo que se busca del otro no se refiere al otro en quien se busca, sino a un otro muy anterior, mucho mas antiguo, a un otro de la primera infancia, al otro que funciono como padre o madre (generalmente madre) para el individuo. Así, es natural que el vacío no se llene nunca: lo que se está buscando no el otro actual que tiene para dar, tampoco que tiene que dar. A los que conviven con individuos con ese aspecto les puede quedar una sensación de que no hay nada que los agrade, nada que les sea suficiente, nada que les colme. No es culpa del individuo tampoco: él no quiere sentirse así ni hacer que el otro se sienta así. Lo que se perdió está en ese otro del pasado, en la memoria de Luna-Saturno, pero que sigue presente, actuando, representándose una y otra vez.
Hablando de pasado y memoria, memoria es algo que le sobra a Luna-Saturno: pero de las cosas malas. Luna-Saturno en aspecto inarmónico se va acordar en detalles de todo lo que no hiciste, no le diste, en todos los momentos que le faltaste. Hay unos lentes de aumento sobre lo malo y ningún destaque para lo bueno. Lo bueno es siempre menos y queda opacado ante lo malo que le hicieron y ante aquello que le dejaron de ofrecer.
Luna-Saturno no tiene que ser así de por vida, pero es un aspecto que hay que aprender a vivirlo en otro nivel. Sin un arduo trabajo (Saturno), el aspecto no se resuelve. Luna-Saturno puede aprender a relacionarse con las otras personas de otra manera con el tiempo (Saturno), puede sentirse más seguro en relaciones que le acompañan de larga data, puede aprender (Saturno) con su pasado (Luna) para construir otra cosa distinta en su presente y en su futuro. No hace falta llevar su historia, sea buena o mala, puesta por toda la vida. Pero con Saturno hay siempre que querer, que esforzarse, que dedicarse, que enfrentarse a los miedos.
Y muchas veces la única manera de enfrentar a los miedos es exponiéndose a ellos. Por lo tanto, la salida mas rápida y corta para la superación de los miedos a vincularse, a ser lastimado, a ser dejado es exponiéndose a vincularse, a ser lastimado y a ser dejado. En definitiva, no hay garantías en cuanto a eso en la vida. Lo que Luna-Saturno necesita aprender a hacer es darle tiempo al tiempo para que las relaciones y personas se revelen, sin sacar conclusiones definitivas en lo primero que no sale como lo esperado. No buscar todo el tiempo evidencias de que tiene razones y motivos para cerrarse emocionalmente, para protegerse. Si hay algo bueno de Saturno es que siempre usa la experiencia pasada como referencia para sucesos futuros. Pero en Luna-Saturno inarmónico, esa capacidad está distorsionada y juega en contra al nativo: solo las malas referencias del pasado cuentan como referencia. No se da lugar a la posibilidad de que lo nuevo sea distinto, sea mejor. Y si se da el lugar, se exige tanto que no se le permite el error, la falla, tampoco el tiempo para que el otro se acomode, para que la relación llegue a su lugar, para que las cosas se ajusten. 
Por lo tanto, para estos individuos, es necesario dar lugar a la duda, al miedo, a la caída, porque al abrir espacio para el fracaso, se abre espacio también para el éxito, y se empieza a vivir la vida como todo y cualquier ser humano la vive: con cosas buenas y malas, pero la dejas de vivir a medias y empezas a vivirla plenamente.

quinta-feira, 17 de março de 2011

Urano em Áries, Saturno em Libra e a crise da individualidade

Urano entrou em Áries na ultima sexta-feira. Como "boas vindas", tivemos o episódio do terremoto e do tsunami no Japão. Para evitar fazer algo que critico e não praticar a Astrologia como "a incrível arte de prever o passado", como um ex-professor diria, aviso de antemão que não olhei o mapa do Japão, não sei em que casa do seu mapa está o signo de Áries, e não pretendo fazê-lo. Mas me parece importante destacar que Urano é um planeta lento, que leva cerca de sete anos para atravessar um signo, e não acho que a catástrofe do Japão foi mera coincidência. Não vou entrar no mérito "cármico" da coisa, tampouco me perguntarei o que fizeram ou não fizeram os japoneses para “merecer” tal tragédia. Mas, falemos de impacto: Urano é um planeta de impacto. Áries marca presença por onde passa. Urano entrando em Áries marcou sua presença em algum ponto do globo, e todos notaram. Não havia maneira de passar despercebido. Em outras palavras, a mudança de signo deste planeta lento (como também teria sido com Netuno ou Plutão) é marcante na vida de cada um de nós, e foi visto no concreto através do episódio no Japão.
Deixemos o macro para falar do micro: Urano é um planeta da mudança, cortes abruptos, do novo, que deixa para trás o que não quer mais sem culpa. Áries é um signo que fala de individualidade, antes de qualquer outra coisa. Penso no fato de que Urano entra em Áries quando Saturno passa por Libra e me pergunto como vão se acomodar o individual e o relacional na vida de cada um de nós. Áries se opõe Libra na roda do zodíaco, vem antes, porque antes de sermos dois é necessário sermos um, e Urano é independente. Pensar sobre a independência de Urano em Áries me faz pensar também em uma tendência ao egoísmo: "Eu estou indo, se você quiser, me segue" é uma frase típica de Áries. Urano nem sequer chegaria a dizer que está indo, porque ele nem sempre quer ser acompanhado. Você vai vê-lo indo embora, e se você quiser, o segue. Senão, tudo bem também.
Desde outubro de 2010 Saturno tem pedindo uma revisão das relações, um maior compromisso com os vínculos, mais responsabilidade. Urano responde apenas por si mesmo e Áries não inclui o outro em sua percepção do mundo. Atrevo-me a dizer que Urano em Áries vs Saturno em Libra pode trazer algumas separações. Alguém vai querer se comprometer e fazer concessões quando o sentido do ego está tão aumentado e poderoso?
Urano, regente de Aquário, signo de ar, pode ser um planeta de ação fria, dura, cruel. Em Áries, adicionamos um toque de paixão e idealismo (já presente em Aquário) aos seus empreendimentos. E aqui temos que tomar cuidado, pois nem sempre uma determinação apaixonada é uma boa combinação.
Mas vamos ao lado bom de tudo isso: Áries e Urano falam do novo, o que indica uma tendência a que a área de nossas vidas representada por Áries em nosso mapa será tocada por acontecimentos inesperados. Mas também pode ser que tenhamos vontade de algo novo, fiquemos ansiosos por sua chegada, que nos entediemos se ele não chega, que fiquemos inquietos por ter certeza de que a vida pode ser mais divertida do que aquilo. E nada disso é ruim, desde que nos cuidamos com os extremos. Pensemos que Urano governa um signo fixo, Aquário, de elemento ar, o que significa que ele pode ser bastante teimoso a respeito do que decide fazer, com suas idéias, crenças, planos e projetos.
Com Urano em Áries o nosso conceito de individualidade estará inconstante e em constante transformação. A nossa forma de lutar por aquilo que queremos também será transformada, já que Áries rege Marte, planeta da guerra. Poderemos ter flashes intuitivos, porque tanto Áries como Urano falam de intuição e insight. E há uma tendência a rejeitar muito rapidamente aquilo que vai contra o que queremos. Nem Urano nem Aries costumam impor o que querem aos outros, mas também não os considera em suas decisões. É cada um na sua, e os outros que se cuidem sozinhos.
Saturno em Libra questiona a estrutura das relações: pede compromisso para as relações muito livres, exige revisão de compromisso para aquelas de muitos anos, pede seriedade nos vínculos e no trato com os outros. Urano é livre e liberta tudo que toca. Por isso, nos próximos sete anos, há uma tendência de querer se livrar de tudo que sentimos que restringe nossa liberdade. Outra vez: os vínculos e os relacionamentos podem ser percebidos como um fardo. Júpiter em Áries até junho de 2011 reforça a prevalência do sentido de si mesmo sobre o sentido do outro. Mas Júpiter comtinuará transitando através dos signos e chegará até Escorpião durante a passagem de Urano em Áries, pedindo e trazendo crescimento, expansão para diferentes áreas / questões em nossas vidas, enquanto Urano continuará em Áries bagunçando tudo o que se relaciona com o nosso sentido de identidade, de self, de individualidade, de espaço. Portanto, vivamos o presente, porém, com olho no futuro.
Muito em breve, Netuno entrará em Peixes, e há uma grande expectativa sobre o espiritual, sobre manifestações religiosas, já que a última vez que Netuno passou por Peixes surgiu o espiritismo Allan Kardec, em voga até os dias atuais. Urano em Áries pode trabalhar em conjunto com Netuno em Peixes em relação à ativação, revisões, rupturas e mudanças na espiritualidade e nas questões religiosas. Pode trazer alguma crença nova, converter ateus, promover o surgimento de novas doutrinas, a queda de outros, mas certamente nos tornará mais apaixonados por nossas escolhas, que definitivamente serão muito pessoais, independente da maioria.
Algumas manifestações do planeta serão impossíveis de evitar. Mas podemos sempre amenizá-las se encararmos o período com precaução no que respeita às questões levantadas por Aries. Na Astrologia, dizemos que a saída para Saturno é Urano, o planeta que vem depois, a libertação das estruturas rígidas de Saturno. Mas para que possamos nos libertar, devemos ser capazes, em primeiro lugar, de ter uma estrutura, porque não há verdadeira liberdade sem compromisso. Como Paulo Coelho disse uma vez (um autor que não é o meu favorito), "ser livre não é não se comprometer com nada, mas escolher com que queremos nos comprometer e ser fiel a isso". 
Assim, proponho que olhemos para Saturno em nosso mapa para lidar melhor com Urano. Demos tempo (Saturno) às mudanças. Não embarquemos na primeira, esperemos que se estabilize, que esteja instalada, que as coisas se assentem. Provavelmente estamos adiando muitas coisas a muito tempo e agora queremos que as coisas se resolvam JA. Mas...se esperamos tanto tempo, não podemos esperar mais um pouquinho? Melhor rever bem o que fazemos. Projetemos no futuro as conseqüências de nossas decisões de hoje. Não esqueçamos nunca do nosso compromisso com o outro (Saturno em Libra). Não há felicidade possível quando nossa felicidade é as custas da dor dos outros. 
Urano traz nosso olhar em nossa direção ao passar por Áries. Não percamos de vista de Saturno em Libra, os outros e os relacionamentos, os compromissos, porque Saturno sempre cobra fatura. E eu acho que podemos mudar sem necessariamente nos endividarmos muito, ou receber faturas muito altas...